Frente a ese panorama, adquirir una parcela en el sur de Chile emerge como una solución más accesible y estratégica. Además de exigir un pie significativamente menor al de un departamento o casa urbana, la parcela permite construir de manera progresiva y, sobre todo, ser dueño de un terreno con alta plusvalía natural gracias a los atractivos paisajes del sur. Aquí cobra relevancia el concepto de que ser propietario no implica necesariamente vivir donde eres propietario: puedes continuar arrendando en la ciudad por motivos laborales o de comodidad, mientras tu terreno en el sur crece en valor. Con una parcela, se abre la oportunidad de “levantar” tu propio hogar a tu ritmo, desarrollar proyectos de turismo o incluso revender con un margen de ganancia. Así, en lugar de perpetuar la dependencia de un arriendo, la parcela se transforma en el primer paso sólido para forjar un patrimonio verdaderamente tuyo.